Dario, hizo realidad la sentencia popular boliviana de que la sangre de minero germina: LA SEMILLA GUERRILLERA
En las minas, donde se unen la triste soledad del paisaje andino con la vida miserable de los hombres que cada día bajan a las entrañas de la tierra, transcurrió la existencia de David Adriazola Veizaga, Darío , el joven de 28 años que llega al campamento de Ñacahuasú el 14 de marzo de 1967.