Para quienes vivimos juventud y madurez plenas en la segunda mitad del siglo XX, no resulta fácil imaginar a Ernesto Che Guevara desde el siglo XXI. Aparentemente tantas cosas cambiaron tan rápido y tan profundamente que a veces tenemos la sensación de estar aferrados a un lejano, nostálgico e irrepetible pasado, del que cada vez quedan menos personas que vivieron los acontecimientos. Y nos asalta el vértigo.
Sin embargo, recuperamos el aplomo y, por lo menos en lo que a mí concierne, revalido la convicción de que el Che tiene las suficientes credenciales para ser un personaje histórico; encarnó el espíritu de una época y por eso mismo trasciende al tiempo.
¿Cuál era el fundamento esencial del pensar de entonces? Sin duda: la necesidad de cambiar, la urgencia de no dejar las cosas tal como estaban, la premura de organizar el mundo de una manera distinta, más igualitaria, menos desequilibrada e injusta. Alguien tenía que arremeter contra esos molinos de viento. Y el Che lo hizo, con desprendimiento y coraje, como puntal de un proceso sostenido e impulsado por la joven Cuba revolucionaria. Por eso, más de medio siglo después, no obstante la situación cambiada y cambiante, el Che no deja de estar vigente con su adarga al brazo. Los y las jóvenes de ahora ven al personaje con sus propias miradas, no exentas de interés y curiosidad, pero sin dejar de tomar en cuenta aspectos nuevos de la realidad como la insoportable tiranía del capital financiero, el grosero impacto de las tecnologías, los brutales daños al medio ambiente, la prometedora insurgencia de movilizaciones populares en gran medida espontáneas, las lacerantes corrientes migratorias, el resurgimiento de tendencias racistas de extrema derecha y otras señales perceptibles de lo que ahora ocurre.
Se siguen escribiendo artículos y libros sobre él y sus andares. Sólo de autores bolivianos hemos registrado en formato de libro un centenar (de autores no bolivianos podrían ser millares); y no se crea que todos los textos bolivianos son encomios y alabanzas, baste mencionar que por lo menos 15 de ellos son de autores militares que, como es previsible, respiran por la herida; los hay también ensayos históricos de gran factura como los realizados por Gustavo Rodríguez Ostria (el último de los cuales acaba de publicarse en edición póstuma); otros de matiz interpretativo y a la vez testimonial como los publicados en serie por Humberto Vázquez Viaña anoticiado de su próximo fallecimiento; y también recopilaciones documentales como la serie “El Che en Bolivia” en cinco volúmenes (con ya dos ediciones impresas y una última digital descargable sin costo en la web – www.chebolivia.org).
Lejos de nuestra intención y nuestros alcances hacer un balance, así sea aproximado, de la producción bibliográfica y audio-visual sobre el Che a nivel mundial. Además de los ya citados queremos mencionar solamente algunos trabajos que nos parecen también relevantes para mirar al Che desde otras perspectivas:
- los 10 “Quaderni della Fundazione Ernesto Che Guevara (1998-2016)”, publicados en Italia gracias al apasionado tesón de Roberto Massari, en los inicios solo en italiano y después multilingüe;
- más de una quincena de libros de la pareja cubana Froilán Gonzalez-Adys Cupull producidos con similar persistencia temporal y temática;
- el rico aporte explicativo y reflexivo de “En la selva (Los estudios desconocidos del Che Guevara… ” con el que Néstor Cohan rodea la publicación primicial en castellano de lo que él llama “Cuadernos de lectura de Bolivia” (apuntes y fichas bibliográficas de puño y letra del Che.
- Ramiro Barrenechea publicó en Santa Cruz “Che: Revolución absoluta” (2018), libro que infelizmente tuvo hasta ahora escasa circulación. Comprende: 1. La máscara invisible (destinada a demoler la argumentación de los dirigentes del PCB, principalmente Jorge Kolle) 2. La otra cara del espejo (sostiene la existencia de un cerco interno de los dirigentes comunistas bolivianos contra el Che) 3. Frente al capitalismo absoluto: revolución absoluta (ingresa al debate ideológico actual sobre el capitalismo y contra las letales postverdades que descartan cualquier cambio revolucionario) 4. Hacia una sociedad comunitaria post estatal (interesante parte propositiva).
- Rafael Archondo y Gonzalo Mendieta, con el libro Salir del Paso de audaces interpretaciones y una importante entrevista testimonial a Mario Monje.
Y para cerrar, una nota imaginaria extravagante: sentados en torno a una mesa dialogan sobre la pertinencia de la obra y el pensamiento del Che, Humberto con “Dogmas y herejías de la guerrilla del Che”, Gustavo con su inmenso bagaje de información acumulada como historiador, Ramiro con “Frente al capitalismo absoluto: revolución absoluta”, Néstor con “En la selva …”, Roberto con “Guevara y Marx: remaque crítico de una antigua película” y la pareja Foilán-Adys con “La CIA contra el Che”. De seguro se desatarían interesantes controversias, enfoques diversos y dejarían temarios abiertos, tanto a la investigación histórica como a la reflexión teórica. Lástima que ya no se pueda realizar "en vivo” dicho debate. Humberto, Gustavo y Ramiro, fallecieron en los últimos tiempos, sólo quedan sus textos que, de uno u otro modo, recuperan al Che histórico, amenazado de ser convertido en un mito.
¿Puede y debe seguir siendo abordada por el mundo académico, historiográfico y social popular la temática aquí planteada? Creemos firmemente que sí, a la sola condición de hacer a un lado los prejuicios y nada más abrir los ojos ante la realidad que, dicho sea de paso, muestra sus más crueles y dramáticas aristas durante la pandemia y en las guerras que actualmente padecemos.