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El Che desde el siglo XXI

Para quienes vivimos juventud y madurez plenas en la segunda mitad del siglo XX, no resulta fácil imaginar a Ernesto Che Guevara desde el siglo XXI. Aparentemente tantas cosas cambiaron tan rápido y tan profundamente que a veces tenemos la sensación de estar aferrados a un lejano, nostálgico e irrepetible pasado, del que cada vez quedan menos personas que vivieron los acontecimientos. Y nos asalta el vértigo.

Sin embargo, recuperamos el aplomo y, por lo menos en lo que a mí concierne, revalido la convicción de que el Che tiene las suficientes credenciales para ser un personaje histórico; encarnó el espíritu de una época y por eso mismo trasciende al tiempo.

Recuperación y tratamiento del material documental sobre la guerrilla de 1967

Pliego Petitorio

  1. Desde septiembre de 1986 hasta octubre de 2017 se encontraban depositados en las bóvedas del Banco Central en La Paz: A) Los originales manuscritos del célebre Diario del Che en Bolivia (escrito en un cuaderno anillado, del 7 de noviembre al 31 de diciembre de 1966 y, en una agenda alemana, del 1 de enero al 7 de octubre de 1967). B) Evaluaciones trimestrales de 44 miembros de su personal, incluido él mismo, registrados en 22 hojas sueltas de una pequeña libreta. C) Diario manuscrito de Harry Villegas Tamayo (Pombo), del 14 de julio de 1966 al 29 de mayo de 1967. Este material está ahora en los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores. Fue esta instancia del Estado, mediante la embajada boliviana en Londres, la que los salvó del remate y recuperó del robo de que habían sido objeto. Mediante el Decreto Supremo Nº 08165 (6 de diciembre de 1967) el gobierno del general Barrientos había asignado la propiedad de toda la documentación capturada a la guerrilla al Comando en Jefe de las FF.AA. Mediante los mecanismos legales que correspondan deberían situarse estos materiales en un lugar adecuado a su mejor conservación y resguardo, esto es la Biblioteca y Archivo Nacionales en la ciudad de Sucre. Una vez que se han publicado facsimilares del diario del Che (2009 y 2022), y que además, las imágenes y transcripciones de toda esta documentación se encuentran disponibles en el sitio web www.chebolivia.org , no es pertinente que sigan siendo tratados como “secreto de estado” y que se guarden en condiciones inadecuadas. Hay que recordar, además, que la UNESCO a tiempo de declarar la documentación del Che como Memoria del Mundo, asigna específicamente al Estado boliviano la custodia de los indicados papeles.
  1. Toda la documentación del Juicio de Camiri contra el francés Regis Debray, el argentino Ciro Bustos y otros está extraviada. El ex Director del Archivo de las Fuerzas Armadas, coronel Simón Orellana en un artículo publicado por el Archivo de La Paz, afirmó que esta documentación habría desaparecido en el incendio ocurrido en el tribunal de Justicia Militar, en los disturbios del “febrero negro” en 2003. Sin embargo, el periodista Mario Espinoza Osorio anunció públicamente que personas desconocidas le habían ofrecido un archivo completo de la documentación de ese juicio militar y le entregaron un detallado catálogo que da cuenta de la existencia de cuatro cuerpos con un total de 217 legajos de documentos. Se necesita hacer un esfuerzo interinstitucional para recuperar dicho material.
Gary Prado
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Ratificado, Gary Prado fue un cautivo de la historia oficial

Gary Prado Salmón sostuvo siempre que capturó al Che, pero no fue su verdugo. ¿Qué razones tuvo entonces para negar reiteradamente que sus restos estuvieran enterrados en Vallegrande?

El año 1997, a pedido de La Razón publiqué, con este mismo título, un artículo sobre el hallazgo de las fosa común con los restos de Ernesto Che Guevara y seis de sus compañeros, con énfasis en la posición en la que quedó colocado Gary Prado Salmón. Rescatando partes sustanciales de esa nota, de la cual nada hay que rectificar,  y añadiendo algunos elementos nuevos, que tampoco hacen variar mis puntos de vista de entonces, presento a los lectores los siguientes aspectos, con motivo de su reciente fallecimiento a los 84 años de edad.
 

Prado Salmón sostuvo siempre que capturó al Che, pero no fue su verdugo. ¿Qué razones tuvo entonces para negar reiteradamente que sus restos estuvieran enterrados en Vallegrande?

Confieso que por momentos llegué a pensar él poseía alguna información altamente reservada con base en la cual afirmaba rotundo que no había ningunos restos que buscar.

El único sustento para sus afirmaciones era un instructivo de los mandos militares que ordenaba cercenar las manos del Che para fines de identificación y luego quemar y esparcir los restos. No se quería una especie de santuario donde se venerara la memoria del comandante guerrillero.

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Falleció el ejecutor de una ‘muerte innoble’

La semana anterior se ha conocido el anuncio de que, a sus 80 años, dejó de existir Mario Terán Salazar, el hombre encargado de asesinar, el 9 de octubre de 1967, al prisionero Ernesto Che Guevara. Acerca del verdugo del Che se han tejido muchas versiones fantasiosas y contradictorias. Se dijo, por ejemplo, que vivía tranquilo con nombre cambiado y bajo la férrea protección de la institución castrense. Pero otros afirmaban lo contrario: que Mario Terán vivía atormentado, sumido en el alcohol, eludiendo todo contacto, sintiéndose inseguro hasta en predios militares que nunca habría abandonado; en síntesis, huyendo aterrorizado de la “maldición del Che”, una serie de muertes violentas de varios implicados en su ejecución (aunque sin conexión demostrada entre sí).

Sus justificados temores, el remordimiento de conciencia y tal vez las rudas condiciones bajo las cuales recibía protección militar, convirtieron a Mario Terán en un personaje enigmático, imposibilitado de dar la cara. De ahí sus reiteradas negativas a ser entrevistado y mucho menos fotografiado. En 1971 el periodista ítalo-argentino Roberto Savio, al parecer por sorpresa, logró una breve entrevista en la que Terán respondió con evasivas a las insistentes preguntas del periodista. Lo más notable de este caso es que el valioso y extenso documental elaborado, por controversias entre los productores, solo pudo difundirse a partir de 1998, cuando fue presentado primicialmente en Roma.

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Gustavo Rodríguez Ostria: historiador de las guerrillas

En octubre de 2006, al presentar en la Asociación de Periodistas de La Paz su libro sobre la guerrilla de Teoponte, Gustavo Rodríguez Ostria hizo una afirmación estremecedora: “Si algún valor tiene esta obra, es el de reafirmar, especialmente a los jóvenes, que ese no es el camino a seguir en la búsqueda de transformar el país”. Y lo dijo quien dedicó seis largos años de su vida a investigar a fondo el fenómeno siguiendo literalmente las huellas de muchos de sus protagonistas, rebuscando archivos, convenciendo a unos y otros para que suelten sus secretos celosamente guardados por décadas.

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Una vez más sobre el Che y los libros

13ok lee 1dSe han escrito y se siguen escribiendo libros sobre el personaje que este 14 de junio hubiera cumplido 93 años: Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el Che.

Solo de autores bolivianos hemos registrado alrededor de un centenar; y no se crea que todos son encomios y alabanzas, baste mencionar que por lo menos 15 de ellos son de autores militares que, como es previsible, respiran por la herida; los hay también ensayos históricos de gran factura como los realizados por Gustavo Rodríguez Ostria (el último de los cuales tendrá una pronta edición póstuma); otros de matiz interpretativo y a la vez testimonial como los publicados en serie por Humberto Vázquez Viaña antes de fallecer; y también recopilaciones documentales como la serie El Che en Bolivia en cinco volúmenes (con dos ediciones impresas y una última digital descargable sin costo en www.chebolivia.org).

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“Piedras y espinas en las arenas de Ñancaguazú”

eusebio libroCon ese titulo Eusebio Tapia Aruni publicó en 1997, a los 30 años de la caída del Che, su libro “Relato y testimonio de un sobreviviente”. Era un poblador aymara nacido en La Paz, integrado desde sus dos años de edad en la comunidad Suru Saya, en las proximidades de Viacha, en pleno altiplano paceño.

Eusebio era uno de los tres “viacheños” enrolados en la guerrilla del Che. Los otros dos eran Apolinar Aquino Quispe (“Polo”) y Serapio Aquino Tudela (“Serapio”). Por la via del primero de ellos, activo militante comunista y ex dirigente sindical de la fábrica Figliozzi, se vinculó al PCB aproximamente un año antes de ingresar a la guerrilla. Como tarea partidaria sirvió de pantalla para la adquisión de un terrreno en Alto Beni, mientras los preparativos para la llegada del Che parecían orientarse a esa región. Cuando el operativo se concentró en el sudeste, fue trasladado de Alto Beni a Ñacahuasu e incorporado a la guerrilla el 21 de enero de 1967, junto con Wálter Arancibia y Benjamín Coronado (los tres del PCB). Ya estaban allí “Polo” y “Serapio” fungiendo como peones de la granja que había adquirido “Coco” Peredo como fachada del proyecto guerrillero.