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El Che, algunos datos y muchos ¿por qué?

che en caballoLa Razón (Edición Impresa) Aquí y Ahora  – 11 de octubre de 2015

En este octubre comienza la recta final hacia el medio siglo de un acontecimiento mundial que tuvo como escenario a Bolivia: la presencia del comandante guerrillero Ernesto Che Guevara al mando de una columna instalada en la zona del río Ñacahuasu, al sudeste del país.
 
Algunas pinceladas sobre el suceso son: su azarosa confrontación con el Ejército boliviano, la realización de un estrambótico juicio militar a dos de sus colaboradores (un francés y un argentino) en Camiri, su captura luego de ser levemente herido en la quebrada de El Churo el 8 de octubre, su traslado a la población de La Higuera, su asesinato junto a dos de sus compañeros en la escuelita local el 9, el traslado de su cadáver a Vallegrande y su exhibición pública al día siguiente, con la versión no creída por nadie de que había muerto en combate. A continuación, el intento de cerrar el capítulo con el anuncio, igualmente falso, de que sus restos habían sido quemados y esparcidos.

Comentario: Che y Debray en las antípodas

yuriFCheEl libro de Yuri F. Torrez es un notable esfuerzo por articular un gran volumen de información sobre la guerrilla del 1967. Urge recuperar documentos, exclusivamente laudatorio los unos, o groseramente condenatorio los otros.

TEMA AÑEJO

En la medida que nos aproximamos al medio siglo de producidos los acontecimientos, generalmente se cree que la perspectiva se amplía para analizarlos. Además, se supone que la distancia temporal transcurrida permite abordar los hechos con menos apasionamientos, con nuevos enfoques y miradas distintas a las predominantes casi cinco décadas atrás. Sin embargo, el libro que hoy comentamos, si no desmiente, por lo menos atenúa las anteriores aseveraciones, pues lo fundamental de su contenido está orientado a reconstruir el contexto del surgimiento de la guerrilla del Che, con especial énfasis en el involucramiento del entonces joven intelectual francés Regis Debray y el espectacular sainete judicial montado en la ciudad petrolera de Camiri para juzgarlo junto al artista argentino Ciro Roberto Bustos. Y el tema no es nuevo, se arrastra por varias décadas y periódicamente aflora en los debates y controversias que se levantan en torno a lo sucedido en 1967, un acontecimiento de carácter internacional ocurrido en nuestro país.

El Che fue motivador, inspirador e impulsor de la acción concertada del Sur en su reclamo al Norte

g77La Razón (16 de junio de 2014)

Un inspirador del G-77 - El Che fue motivador, inspirador e impulsor de la acción concertada del Sur en su reclamo al Norte.

No se le puede atribuir a Ernesto Che Guevara una participación directa en la creación del G-77, pero tampoco fue un convidado de piedra en el asunto.

El Che era una suerte de embajador de la revolución. Hizo muchos viajes, estableció contactos con líderes mundiales, participó en difíciles negociaciones y representó a Cuba en diversos foros. Propugnó la necesidad de una acción concertada del Sur: países pobres, dependientes y “subdesarrollados” (no se usaba aún el eufemismo de “países en vías de desarrollo”) para exigir derechos, y en su caso, reparaciones al Norte, los países “desarrollados”, ricos, imperialistas y neocolonizadores.

Documentos y objetos del Che repartidos como trofeos

Los objetos capturados en la guerrilla de Ernesto Che Guevara, incluidas todas sus pertenencias personales, provocan una cadena de sorpresas de nunca acabar.

Copias de su diario entregadas a Cuba por el entonces ministro Antonio Arguedas a pocos meses de terminadas las acciones. Años después, los originales, junto al diario de Pombo, vendidos por García Meza a una casa rematadora de Londres.

Su carabina inutilizada, sus libros, varios relojes, su mochila, los rollos fotográficos sin revelar, su célebre pipa y casi podría decirse la totalidad de los objetos recuperados terminaron repartidos como trofeos. Están en manos de particulares o de ex agentes de la CIA que intervinieron en la campaña.

20 retrospectivas sobre un tema existencial

Revista Barataria Nro. 2

1. Pretérito pluscuamperfecto

¡Los increíbles años 60! La década se inició con entusiasmos desmedidos. "El principal rasgo de nuestra época consiste en que el sistema socialista mundial se va convirtiendo en el factor decisivo del desarrollo de la sociedad humana...".

Reunidos en una conferencia en Moscú, así veían 81 partidos comunistas de todo el mundo aquel momento histórico.

Y quizá no exageraban. La Unión Soviética emergía como una superpotencia, disputándole supremacía a los Estados Unidos, país al que Nikita Jruschov se proponía alcanzar y superar en 2O años.

En 1956 el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética había revelado y condenado los crímenes de Stalin. Los demonios malignos del socialismo habían sido exorcizados. Estaba en vías de consolidarse lo que se llamó la “comunidad socialista mundial”. La Unión Soviética, China y las "democracias populares" de Europa y Asia abarcaban un tercio del planeta.

Yuri Gagarin, desde su espectacular vuelo cósmico proyectaba con su ancha sonrisa una irresistible imagen de triunfo.

Si bien la Unión Soviética había enviado los tanques a Hungría supuestamente para "aplastar a la reacción", también había impedido la agresión a Egipto cuando Gamal Abdel Nasser nacionalizó el Canal de Suez. Apoyaba el impetuoso proceso de descolonización de Africa y Asia y apoyaría también a Cuba desde 1959.

Todo parecía indicar que efectivamente el mundo vivía “el paso continuado, irreversible y sistemático del capitalismo al socialismo”, proceso iniciado con la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917.

Tras el telón de fondo de la "guerra fría", iniciada luego de la derrota de la Alemania de Hitler, los dos sistemas sociales competían en todos los terrenos y creíamos que en un clima de coexistencia pacífica, el socialismo demostraría ser superior. Más y más pueblos protagonizarían las revoluciones socialistas o de liberación nacional. El capitalismo se hundiría irremediablemente, sumido en sus propias contradicciones y al influjo de la lucha anti-imperialista mundial.

Todos estos cálculos resultaron dramáticamente fallidos. Eran sueños revolucionarios que no se cumplieron. Peor todavía, muchas tendencias marcharon exactamente al revés...

Prólogo al Libro: De Ñancahuasu a La Higuera de Adys Cupull y Froilán Gonzáles

La Paz, septiembre de 2007

Es para nosotros un privilegio el que Adys Cupull y Froilán González nos hayan pedido cuidar la edición y escribir unas líneas introductorias para lo que viene a ser la primera edición boliviana de su libro “De Ñacahuasú a La Higuera ”. Y la satisfacción es doble, en primer lugar porque se trata de dos amigos cubanos entrañables y, en segundo, porque el tema de esta publicación, está profundamente vinculado a Bolivia y coincide con nuestras propias inquietudes en el campo de la investigación. Es, además, tremendamente actual por el  aniversario 40 de los hechos que motivan el libro: la presencia y muerte del Che en estas latitudes.

Tenemos con Adys y Froilán una amistad iniciada en la primera mitad de la década de los años 80 cuando ellos llegaron a La Paz  para cumplir funciones diplomáticas. Desde entonces se empeñaron en recoger, con infinita paciencia y dedicación, testimonios e indicios, “las huellas” del comandante guerrillero en Bolivia. Desde esos tiempos uno de nosotros también llevaba adelante similar tarea, la misma que desde hace ya casi 15 años es respaldada, alentada y en gran medida compartida entre los dos, un poco a la manera de Adys y Froilán. La amistad con ellos, cultivada a lo largo de tanto tiempo, se ha fortalecido con esporádicos encuentros, generalmente en las ferias del libro, en La Habana y en La Paz, como a través de la herramienta electrónica que vence distancias acercando a la gente que quiere comunicarse.

Bolivia: comienzo y fin de la ruta trashumante del Che

Un joven argentino recién graduado en medicina estaba en La Paz comenzando una gira terrestre por América Latina, en momentos en que un puñado de jóvenes rebeldes asaltaban infructuosamente en Cuba el Cuartel "Moncada", dando inicio a un movimiento político de vastas repercusiones. Era el 26 de julio de 1953 y el muchacho se llamaba Ernesto Guevara de la Serna. Extrañas casualidades del destino.

Al médico "mochilero" le impresionaron los acontecimientos que entonces tenían lugar en Bolivia y los recuerdos, todavía frescos en la mente de los paceños y paceñas, sobre la insurrección del 9 de abril de 1952. Pudo ver en las calles tumultuosos desfiles de obreros y campesinos armados. También visitó la región semitropical de los Yungas y el centro minero de Bolsa Negra. Impactado por el paisaje citadino en carta a su madre diría: "La belleza formidable del Illimani difunde su suave claridad eternamente nimbado por ese halo de nieve que la naturaleza le prestó por siempre..."

Pero, no le gustaron algunas cosas, principalmente la frivolidad de los dirigentes movimientistas de quienes se decía que espolvoreaban con DDT a los dirigentes indígenas antes de recibirlos en sus despachos y pasaban una buena parte de su tiempo divirtiéndose en la Boite Gallo de Oro en el camino a Obrajes. Decidió pues seguir viaje junto a su amigo argentino Carlos "Calica" Ferrer con quien había partido desde Buenos Aires.