head sitio che 700

El Che sigue dando que hablar

La Paz, 2003

Más de 35 años después de muerto, Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el Che, continúa proporcionando tela para cortar. Se dijo que hay preparativos en Hollywood para la producción de una nueva película sobre su vida; Mario "Pacho" O'Donell, hombre de letras y ex embajador argentino en La Paz, anunció en Buenos Aires una biografía novelada y un documental televisivo; la televisión estatal rusa (todavía existe) estuvo en Bolivia recorriendo los lugares por donde caminó el Che y también preparó un documental. En la reciente Feria Internacional del Libro en La Habana, fueron presentados numerosos títulos, publicados tanto en Cuba como en otros países y se exhibió una muestra de la producción bibliográfica boliviana, referida a este singular personaje.

"La guerrilla del che y la narrativa boliviana"

Texto inspirado en las palabras de presentación del libro homónimo. La Paz, septiembre de 1997

Juan Ignacio Siles del Valle comparte con muy pocas personas, entre las que me cuento, el privilegio de haber tenido en sus manos y hojeado -podría decirse en vivo y en directo- los diarios del Che y Pombo y las pequeñas hojas de evaluación de su personal que el Che escribía con gran rigor cada tres meses.

El Che, los Peredo y la Guerrilla en el Diccionario Histórico Boliviano

Nota aclaratoria: El año 2002 se publicó en Sucre en dos volúmenes el monumental Diccionario Histórico Boliviano, redactado bajo la dirección de Josep M. Barnadas con la colaboración de Guillermo Calvo y Juan Ticlla.

A Carlos Soria Galvarro se le encomendó escribir tres entradas:

-Guevara de la Serna, Ernesto (Che);

-Peredo Leigue Guido (Inti) y Peredo Leigue Roberto (Coco);

-Ñacahuasu: la Guerrilla del Che en Bolivia.

A continuación se incluyen los tres artículos en su versión original. Infelizmente en la versión impresa fueron introducidas algunas modificaciones inconsultas que estropearon la precisión de los datos, por ejemplo la de afirmar que Roberto Peredo había estudiado medicina en Moscú, en obvia confusión con su hermano Oswaldo.

Literatura y periodismo: juntos pero no revueltos

(Introducción al cuento "La emboscada" de Adolfo Cáceres Romero, en el libro "Los diez mejores cuentos de la literatura boliviana", selección de César Verduguez. Ed. Plural, La Paz, 2007)

 Adolfo Cáceres Romero es un literato de arraigada e irrenunciable vocación, un hombre consagrado a la Literatura. Dan fe de ello su abundante producción: numerosos cuentos, entre ellos “La emboscada” (1967), uno de los más conocidos y traducido a varias lenguas; sus novelas “La mansión de los elegidos” (1973), “Las víctimas”(1978) y “La saga del esclavo” (2006). Pero también su incansable labor de investigador y docente universitario, producto de lo cual están, entre otros, sus tres volúmenes de la “Nueva Historia de la Literatura Boliviana”, su “Diccionario de la Literatura Boliviana” (1997), su “Manual práctico de redacción” (1998) que ya lleva muchas ediciones, sus antologías “Poesía boliviana del siglo XX” (Edición bilingüe español-francés), “Poesía quechua en Bolivia” (en quechua, español y francés) y “Poesía quechua del Tawantinsuyo” (2000).

Historia de una mentira "periodística"

Semanario La Época. La Paz, julio 2007

Maité Rico y Bertrand de la Grange han decidido que el hallazgo de los restos del Che en 1997 es una solemne mentira inventada por Fidel Castro.

Ambos son periodistas vinculados a importantes medios europeos. Es natural, entonces, que nos preguntemos cuál es en realidad el fundamento y la motivación que tienen para semejante afirmación. ¿Se trata de una noble búsqueda de la verdad? ¿Es solamente un porfiado afán periodístico de ir contra la corriente? ¿Quizá es nada más una apuesta para cobrar notoriedad? ¿O, en la peor de las suposiciones, ambos son ingenuos o perversos portavoces de una patraña política urdida por los enemigos de Cuba y su líder histórico? Antes que inclinarme por alguna de las posibles respuestas, prefiero analizar uno a uno sus argumentos, las formas de expresión que utilizan, los contextos que examinan y las repercusiones que han provocado. Que los lectores sean ellos mismos quienes saquen sus propias conclusiones.

Che lee

Los libros: compañía inseparable del Che

Texto base de las conferencias dictadas por el autor en diversos escenarios, entre ellos: en Puerto Montt durante el Encuentro de promoción del libro y la lectura "Al Sur de la Palabra", en 2005; en Altagracia (Argentina) el 2006 y en las Ferias del Libro de La Paz (2007), La Habana, 2007 y Buenos Aires, 2008.

Suele decirse por error que los hombres de acción, eminentemente prácticos, desprecian las teorías. Por tanto son muy poco aficionados a la lectura y nada amigos de los libros. No hay tal. La vida está plagada de ejemplos en contrario.

Los grandes transformadores de la humanidad, aquellos que dejaron huellas en su paso por la historia, fueron por lo general asiduos lectores y amantes de los textos, indepen­dientemente del soporte material donde hayan estado escritos, sea éste la piedra, el papiro, el bambú, la madera, la arcilla, el pergamino, el códice manuscrito o el libro impreso en papel. Ahí están para la muestra: Alejandro, Napoleón, Bolívar o Che Guevara.

Claro que, como en todo, hay excepciones que no hacen sino confirmar la regla. En nuestra América tuvimos un conquistador hispano, Francisco Pizarro, criador de cerdos, analfabeto para más señas, que realizó grandes hazañas, consideradas incluso proezas militares, como la de enfrentarse en Cajamarca con sus 164 arcabuceros a un ejército desprevenido y casi desarmado de 30.000 hombres que protegían al soberano inca.

Bolivianos que no figuran en la lista de Elsa Blaquier

Velasco Montaño, Julio (Pepe)

Natural de Oruro, Bolivia. Ex trabajador de la mina San José. Se incorporó a la guerrilla con Moisés Guevara. Desertó del grupo de la retaguardia al que estaba asignado, formando parte de la “resaca”. Capturado por el Ejército fue torturado y luego fusilado, el 23 de mayo de 1967.

Jimenez Bazán, Orlando (Camba)

Nació en Riberalta, departamento del Beni, Bolivia, el 27 de junio de 1934. Dirigente campesino de su región y militante del PCB. Inicialmente trabajó de peón en la hacienda de Alto Beni, zona en la que se proyectaba iniciar la acción guerrillera. Luego, en diciembre de 1967, fue trasladado a Ñacahuasu e incorporado al grupo de la vanguardia.

Completamente desalentado había pedido su baja de la guerrilla cuando fue apresado el 27 de septiembre de 1967, cerca de La Higuera. Fue llevado al Tribunal Militar de Camiri como testigo de cargo contra Debray y Bustos, pero sostuvo que ellos no cumplieron misiones militares en la guerrilla y menos participaron en emboscadas. Luego de ser liberado en 1970, obtuvo asilo político en Suecia, donde falleció en 1994.