Murió el 9 de septiembre de 1969
Cuando asomaban las primeras luces del alba todo el vecindario de la populosa zona comercial de la calle Santa Cruz, entre Illampu y Max Paredes, se despertó con un intenso tiroteo en la casa marcada con el número 584. Cientos de policías de civil e uniformados cercaban las inmediaciones y disparaban contra una solitaria habitación ubicada en el zaguán por donde se ingresaba a los patios interiores del inmueble, morada de numerosas familias. Más de una hora después se escuchó una sorda explosión, cesaron los disparos y comenzó el ajetreo de personas y movilidades, los más curiosos que lograron acercarse vieron sacar a un hombre en camilla, que tanto pudo estar muerto como herido de gravedad. Era la mañana del 9 de septiembre de 1969.
El cuartucho en cuestión, con una sola puerta lateral y un ventanuco hacia la calle, servía de precario refugio del hombre más buscado del momento: Guido Álvaro Peredo Leigue, conocido desde su infancia como Inti. Completamente solo se defendió hasta el último cartucho, hasta cuando la explosión de una granada, arrojada por él mismo según el informe oficial o por los atacantes, según otras fuentes, lo silenció permitiendo su captura, no se sabe a ciencia cierta si vivo o muerto. Tampoco se sabe, hasta hoy, si este desenlace fue producto de una delación o el resultado de una cadena de imprudencias o deficiencias del golpeado aparato guerrillero.