50 ANIVERSARIO DE LA CAÍDA EN COMBATE DE TANIA LA GUERRILLERA.
SEGUNDA PARTE
La tumba de Tania quedó anónima durante 31 años, y la búsqueda fue tarea constante y en silencio. Pocos conocían que su cadáver fue sacado del cementerio, donde en 1984, nos llevaron a observar una cruz que supuestamente señalaba el lugar; y a un nicho municipal donde se indicaba el destino final. Pero en ninguno de ambos sitios se encontraba.
El 13 de febrero de 1998, el ingeniero cubano Noel Pérez, cuando realizaba una investigación geofísica, encontró el cadáver del combatiente boliviano Julio Luis Méndez Korner (Ñato), lo que añadió nuevas pistas. Sus huesos fueron trasladados a Cuba y el 30 de diciembre de 1998 colocados en su correspondiente nicho del Complejo Escultórico “Ernesto Che Guevara” de la ciudad de Santa Clara.
Según las investigaciones históricas el antropólogo cubano Héctor Soto, obtuvo la información de que Tania estaba enterrada fuera del cementerio y el doctor Jorge González se entrevistó con un soldado que le dio la misma información. Esas versiones indicaban que había sido enterrada en las proximidades de una cerca de árboles en el fondo del Regimiento Militar Pando, perteneciente en 1967 a la VIII División.
La investigadora cubana María del Carmen Ariet, relató que se les otorgó cierta credibilidad a esas versiones porque en 1967, la finca del enterramiento estaba colindante con el perímetro defensivo de la jefatura de la VIII División y que, de manera oculta, los militares los trasladaron hasta una pequeña fosa que previamente habían abierto en esa cerca.
Ante estas informaciones, el 17 de septiembre de 1998, el equipo de especialistas cubanos decidió realizar nuevos estudios geofísicos en esa zona y a las diez de la mañana del 19 de septiembre, el ingeniero Noel Pérez comenzó a encontrar los primeros vestigios de los restos de Tania. Las diversas pruebas periciales realizadas en el hospital “Señor de Malta” de Vallegrande, confirmaron que los restos correspondían a Tania y que fue la única que enterraron en un ataúd.
Las señoras y pobladores de Vallegrande le ofrecieron una misa en la catedral y al compás de una banda de música llevaron el osario hasta la fosa donde fue encontrada e hicieron oficialmente la entrega al doctor Jorge González, como representante de la familia de Tania.
La urna fue trasladada a Santa Cruz de la Sierra y llevada para la clínica del doctor Oswaldo Peredo Leigue, hermano de los guerrilleros Roberto Peredo (Coco) y Guido Peredo (Inti), donde se realizaron los trámites para el traslado a Cuba. Los bolivianos organizaron una vigilia de 24 horas fuera de la Clínica con mucho cariño y homenajes para ella. Desde allí fueron trasladados a Cuba y el 30 de diciembre de 1998, colocados en su correspondiente nicho del Complejo Escultórico “Ernesto Che Guevara” de la ciudad de Santa Clara.
Maira Romero, directora de esa importante institución, relató que era un honor tener custodiados los restos de Tamara Bunke, que fueron velados en la Sala Caturla de la Biblioteca “José Martí” de la Ciudad de Santa Clara y posteriormente trasladados a donde descansan definitivamente. Refirió que Tania supo luchar en la clandestinidad, llevar tareas difíciles, recibió preparaciones que no todas las personas pueden sobreponerse, y dio el ejemplo de cómo una mujer es capaz de enfrentar la lucha y vencerla.
Por su parte, la especialista del Conjunto Escultórico, Martha Arencibia, señaló que: “En abril del 1966, Tania escribió en México un hermoso poema donde se preguntaba qué iba hacer de su nombre, qué iba a dejar como experiencia en la tierra y en este lugar encontramos la respuesta porque es uno de los sitios que más se visita".
El poema titulado “Dejar un recuerdo”, dice:
¿Con qué de irme, cual flores que fenecen?
¿Nada será mi nombre alguna vez?
¿Nada dejaré en pos de mí en la tierra?
¡Al menos flores, al menos cantos!
¿Cómo ha de obrar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir, a brotar en la tierra?
Siguió relatando que no pasa ninguno de los visitantes que no pregunte dónde está la única mujer de la guerrilla y les muestran la vitrina donde están sus objetos y el orgullo de la mujer latinoamericana llevado a cabo a través de la vida de Tania, donde su belleza, inteligencia, sentimientos, experiencias y amor por los demás, fue capaz de ayudar a sus compañeros dentro de la guerrilla.
La especialista Ismary Fernández, de la misma institución narró que en el museo se muestran fotos, objetos personales, libros de escuelas, agendas, diplomas, imágenes, escritos, gorros, bufanda, discos de música, artículos sobre América Latina, título universitario y condecoraciones, un radio y una hornilla entregado por Vitalia Lorenzo, utilizados por Tania cuando realizó las prácticas operativas en la ciudad de Cienfuegos. Añadió que también se pueden ver una cartera, un uniforme de cuando pertenecía a la juventud, una manilla y la Orden “Mariana Grajales”, que se le otorga Post-Mortem por el Consejo de Estado de Cuba, firmada por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro.
Martha Arencibia afirmó que la vida de Tania es el ejemplo de amor a la humanidad, de dejar su propia vida por lograr un mundo mejor. Sus restos se encuentran en la segunda pared del Memorial encima y próximo a su Jefe al que tanto admiró. En su epistolario hay una hermosa carta donde le cuenta a su madre que había encontrado el amor de su vida en un cubano, Ulises Estrada, le dice que quiere casarse con él y que de esa relación debían nacer muchos hijos. Le dice que iba a estar orgullosa de ser abuela de varios mulatitos, pues su futuro esposo era un negro cubano.
“La madre venía hasta el nicho de su hija y se quedaba mucho tiempo delante e incluso lo hizo muchas veces, incluso, estando en silla de ruedas. Allí conversaba y hablaba con su hija.
“Los visitantes que llegan hasta acá, preguntan mucho por ella, o sea que ese ejemplo de mujer guerrillera, de mujer que lo entregó todo por una causa que estaba incluso por encima de sus intereses personales, es lo que se muestra a través de la vida y obra de Tania la guerrillera”.
La periodista Bolivia Tamara Cruz expresó: “Recuerdo la primera visita de Nadia, la madre de Tania, al Memorial... Nadia me apretó las manos, me miró a los ojos, me dijo: “cuando no pueda venir a Santa Clara solo te pido que vengas, les traigas sus flores, las rosas amarillas que tanto le gustaban, las mariposas amarillas”.
“Cada 31 de agosto y cada 19 de noviembre, en el cumpleaños de Tania acompaño a las compañeras de la Federación de Mujeres Cubanas, vengo junto a ellas y realizamos el acto de cambio de flores, que se hace tradicionalmente aquí en el Memorial… le agradezco a Nadia esa misión que me dio hace muchos años y que cada agosto y cada noviembre estamos aquí y en octubre también en honor a la Guerrilla del Che”.