El historiador y periodista comenta que el material boliviano que falta conocerse está archivado en el Estado Mayor, en una sección del archivo de las Fuerzas Armadas dedicado a la guerrilla. Su acceso está restringido, comenta.
Diario Pagina Siete
La casa de Carlos Soria Galvarro ha sido visitada por tantos periodistas e investigadores, en innumerable cantidad de veces, que él no tiene la cuenta de cuántos cruzaron la puerta de su vivienda para entrevistarlo. Lo visitaron desde argentinos hasta rusos.pero "Debería haber anotado en un cuaderno... mucha gente me ha buscado”, comenta. Cuando el periodista argentino Jorge Lanata vino a grabar a Bolivia un documental sobre el Che, envió a la casa de Soria Galvarro en La Paz a una periodista con sus preguntas. Él no pudo llegar por su salud. "La altura le hace mal. Me mandó una botella de vino y su libro, pero no podía venir; me mandó a una persona con sus preguntas”.Han pasado 50 años de la llegada del Che a Bolivia. No obstante, Soria Galvarro considera que aún hay elementos que deben ser investigados y esclarecidos, como el episodio de quién ordenó la ejecución del guerrillero.
Lazo generacional
Todo comenzó cuando tenía un poco más de 20 años de edad. Su relación directa con los acontecimientos y con algunos guerrilleros -además de las cosas inexactas que a veces se publican sobre el asunto, sobre todo en el exterior-, fueron elementos clave de su inclinación para investigar y estudiar la presencia del Che en el país, desde su llegada hasta su ejecución en octubre del año 67.
"Conocí algunos entretelones. Conocí a algunos compañeros, la mayoría de los compañeros que lucharon con el Che eran muy cercanos y entrañables”, indica.
Soria Galvarro estudiaba Historia en la universidad, pero terminó dedicándose al periodismo, aunque -confiesa- siempre se inclinó en este ámbito por los temas históricos. No logró terminar la carrera porque la universidad se cerró el año 71. Eran tiempos de dictadura.
Este historiador militaba en las juventudes del Partido Comunista y era parte de aquellas voces que una vez desbaratada la guerrilla buscaban que se conozca la verdad histórica, dado que eran calificados como quienes "han traicionado al Che”, algo que calaba profundamente en aquellos. "Por eso internamente decíamos: ‘El partido debe aclarar todo, decir la pura verdad’”, asegura este historiador.
Entonces, evoca, los dirigentes del partido les decían cosas como "le van a creer más a Fidel que a nosotros” y hasta hablaban de que se iba a publicar un "libro blanco” con el fin de apaciguar sus ánimos. Sin embargo, no hubo nada. Soria Galvarro comenta que la falta de archivos en ese frente político es un problema que persiste. "El PC es una caja de pandora en materia de documentación. No tiene archivos, no tiene actas, no tiene documentos”.
Con las luchas por la recuperación de la democracia y el tema del esclarecimiento pasó a un segundo plano. Aunque Soria Galvarro se dio cuenta de algo: que el material que había recopilado y organizado, sistematizado podía publicarse, y aquello dio vida a los cinco tomos: El Che en Bolivia, documentos y testimonios.
Los diarios, las joyas
Este camino de la búsqueda de documentos ha sido para Soria Galvarro de satisfacciones, en muchos casos; y de frustraciones, en algunas situaciones. Un ejemplo de esto último son los testimonios orales. Al respecto el historiador comenta: "Lo más difícil de conseguir son los testimonios orales. Tremendas frustraciones he sufrido por entrevistas que no hice a tiempo, dado que nunca más se pudieron hacer porque la gente se murió. Ha ocurrido varias veces”, reconoce.
El otro lado de la moneda son los documentos valiosos que encontró y que logró publicar. En esa línea está el diario original del guerrillero cubano Pompo. Soria Galvarro explica que la CIA hizo publicar la traducción de ese documento en Estados Unidos; luego editores latinoamericanos lo "retradujeron” de ese idioma al castellano; e incluso Pompo, quien no tenía el original, rescribió su diario y publicó una versión a partir de aquellos documentos.
"Yo publiqué el original. Y ese documento en algunos casos es más importante que el diario del Che, porque empieza antes. Habla de los preparativos, empieza en julio, cuando llega Pompo llega a Bolivia”, afirma Soria Galvarro.
Otro documento importante que Soria Galvarro rescató y difundió es la libreta en la que cada tres meses el Che evaluó a los guerrilleros.
El periodista revela que "los cubanos no querían que se publicara” y que le hicieron saber por intermedio de allegados que no los difunda. ¿Cuál fue la respuesta del historiador? "Yo dije, no. Éste es un documento histórico, se va a publicar”.
¿Qué queda por investigar?
"Hay muchos elementos todavía por escudriñar. El hecho mismo de que el personaje se haya convertido en un personaje legendario, casi mítico, está revelando que hay detrás algo todavía pendiente”, responde Soria Galvarro.
Una línea es esclarecer los temas polémicos. Entre estos están la supuesta traición del Partido Comunista al Che. Al respecto, Soria Galvarro, comenta: "Es algo que es debatible todavía. Si uno revisa la documentación, encuentra actitudes ciertamente duales, maniobreras, muy altoperuanas si vale el término de parte de los dirigentes PC, pero no es eso propiamente una traición. Por lo menos que se tratara de que han ofrecido algo y no han cumplido. Al revés, yo creo que los dirigentes del PC hicieron todos los esfuerzos posibles para evitar que el Che venga.
Y cuando vino fue cuando hicieron estos juegos de cintura, un poco faltos de principios, porque podrían decir claramente: ‘No estamos de acuerdo con esto, tenemos otra línea’. Lo decían, pero en sentido figurado, críptico y no claramente de decir ‘tenemos nuestra posición y nada qué ver’”.
Entre los puntos a esclarecer también está si Debray delató al Che. "Algunos familiares cubanos del Che lo acusaron de ser el responsable de la caída del Che...”, afirma Soria Galvarro.
Otro tema controvertido que el historiador menciona que merece esclarecerse es ¿quién ordenó la ejecución del Che? "La CIA indica que intentó salvarle la vida; los militares bolivianos dicen que fue una decisión autónoma, que lo hicieron por su cuenta... hay libros y polémicas sobre estos grandes asuntos”, afirma.
Todos estos antecedentes, según Soria Galvarro, muestran que el tema no está agotado y que a 50 años de aquellos episodios estamos ante una oportunidad de ampliar los debates, las reflexiones y también para abrir más espacio a la investigación. "El material boliviano, por ejemplo, está archivado, bastante completo en el Estado Mayor, en una sección del archivo de las Fuerzas Armadas, dedicado a la guerrilla, pero su acceso está restringido, solamente acceden los militares”, afirma.
Soria Galvarro comenta que en Estados Unidos se ha desclasificado la información sobre el asunto, pero no todo. Y considera que ésta puede ser una oportunidad para más bien crear un movimiento, una presión política hacia ese país para que haya más apertura y una mayor desclasificación.
En el caso de Cuba, indica, que "se ha sacado alguna documentación que estuvo inexplicadamente guardada, durante mucho tiempo, como el libro que escribió el Che sobre su participación en el Congo, después de 20, 30 años; o el libro que el guerrillero escribió sobre su crítica a los países socialistas, especialmente a la Unión Soviética -que además es tremendamente premonitorio porque vislumbra el retorno del capitalismo, una visión extraordinaria del Che- se ha conocido hace pocos años.
"Entonces, todavía hay muchos aspectos que deberían abrirse a la investigación en Bolivia, en Cuba, en Estados Unidos, quizá en otros países también”, afirma el historiador.
El mito del Che
Soria Galvarro considera que la razón por la que hay mucho por esclarecer en torno a este episodio puede estar relacionada con que "el hecho histórico ha pasado a convertirse en un asunto más bien legendario, mítico”. Y asegura que "han contribuido para ello las propias torpezas de los militares”.
Enumera los motivos: mentir que haya muerto en combate, cuando todo el mundo sabe que lo capturaron con una herida leve en la pantorrilla; la incertidumbre sobre si su cadáver fue quemado y lanzado; el hecho de que se exhibiera su cuerpo; las mismas fotos de Freddy Alborta, quien tomó las mejores imágenes del cuerpo que son impresionantes. Por el lado de la gente, también la cuestión va por el mismo rumbo. "La gente de lugar, por ejemplo, le atribuye virtudes mágicas, que ayuda a la cosecha, sana a los enfermos, ese tipo de cosas que incrementan ese imaginario al punto que uno se encuentra”, menciona el historiador.
Entonces, dice Soria Galvarro, estos y otros factores contribuyen a crear un mito; y el periodista lo reconoce: "Hay un Che histórico y un Che mitológico, pero ese Che mitológico todavía existe, aunque sea en la cabeza de la gente, pero existe”.
Su objetivo principal
Este historiador decidió apelar a las nuevas tecnologías, con la ayuda de su hijo (quien se llama Antonio, por Antonio Jiménez, quien fue su amigo y quien murió en la guerrilla) crearon el sitio web El Che en Bolivia, documentos y testimonios (http://www.chebolivia.org). "Hemos hecho un sitio web que está muy visitado. Hemos pasado las 130 mil visitas, de 168 países, prácticamente todo el mundo”, explica.
Más allá de aquello, en la actualidad, Soria Galvarro reconoce que aún está en deuda consigo mismo de escribir un libro sobre el tema; hizo fichas bibliográficas, ha intentado una que otra biografía... y está analizando cómo lo escribirá.
"Tengo mis dilemas, pues, sobre qué genero voy a escribir. Si voy a hacer un documento histórico, rigurosamente histórico o voy a usar los recursos de la narración para escribir algo. Me cuesta como periodista desprenderme del dato”, comenta.
"Quizá un poco me he desenfocado de mi objetivo principal, que era -hasta ahora sigue siendo- producir algo legible, más interpretativo, más elaborado por mí. No la simple recopilación, aunque obviamente la recopilación ha tenido su valor”, comenta el periodista que perdió la cuenta de la gente que golpea a la puerta de su casa para saber más de la presencia del Che en Bolivia.
Errores y alteraciones en El diario del Che en Bolivia