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¿Quién delató a "Inti" Peredo?

Ventana , suplemento del periódico La Razón. La Paz, 26 de septiembre de 1999

La noche del 4 de septiembre de 1969 Bolivia se estremeció con el grito de guerra de "Inti" Peredo: ¡Volveremos a las montañas!... Conocido en su propia voz a través de varias emisoras y publicado en los periódicos del día siguiente, obligó al gobierno de Luis Adolfo Siles Salinas a reconocer la amenaza guerrillera.

Cinco días más tarde, el sobreviviente de Ñancahuazú, indiscutido sucesor de Ernesto Che Guevara, era capturado y muerto en La Paz en una habitación de la calle Santa Cruz entre Isaac Tamayo y Max Paredes (en una casa que hace poco comprobé que ha sido ya demolida).

¿Cómo fue posible que los servicios de inteligencia dieran con la guarida del revolucionario más buscado del momento? Treinta años después todavía no existe una respuesta.

Se dijo que alguien lo entregó. Fernando Martínez era el morador de esa habitación y sobre él recayeron las sospechas.

En presencia de Antonio Peredo, hermano de "Inti", colega y amigo entrañable, recogí este testimonio hace más de una década, cuando trabajábamos en el semanario Aquí. Martínez se presentó con un cuaderno escolar en el que había hecho sus apuntes manuscritos que leyó en el transcurso de la charla.

Pasaron 10 años sin que estas declaraciones se hagan públicas. Entretanto, el entrevistado ha desaparecido como si se lo hubiera tragado la tierra. Nada he vuelto a saber de Fernando Martínez. Nadie supo darme razón de su paradero. Algunos creen que se fue a vivir al Beni o a Santa Cruz, otros piensan que ha muerto. La grabación de casi una hora y cuyos fragmentos principales resumo a continuación, se inicia con el anuncio de que son las tres y media de la tarde del 30 de enero de 1989...

—Carlos Soria Galvarro: Queremos escuchar tu relato sobre la captura y muerte de "Inti" Peredo...

—Fernando Martínez: Se van a cumplir 20 años de los hechos y durante todo ese tiempo casi nada hicieron los del Ejército de Liberación Nacional (ELN) para aclarar las circunstancias de esta trágica muerte. Hoy yo quisiera aportar con algo de lo que sé, ya que fui la persona que estuvo ese día muy cerca de él.

Las fuerzas represivas rodearon la casa ubicada en la calle Santa Cruz Nº 584. Creo que hasta ese momento no sabían con exactitud quiénes eran los que estaban adentro. Pensaron seguramente que se trataba de conspiradores que harían gran resistencia. Al ingresar a la habitación no encontraron más que un solo hombre, quien se había enfrentado con más de un centenar de agentes de seguridad del Ministerio de Gobierno, de la Policía y del Ejército.

—CSG: ¿Cuándo y en qué circunstancias conociste a Inti Peredo?

—FM: Me afilié al Partido Comunista de Bolivia en 1956, cuando se encontraba en periodo de organización, ya que apenas seis años antes se había fundado. Me tocó entonces militar en la célula Norte; nos reuníamos semanalmente para discutir los problemas de la clase trabajadora, aprender el marxismo y cumplir con tareas para fortalecer al partido.

A esas reuniones solía asistir por entonces Sergio Almaraz, quien demostraba ser un hombre muy capaz, conocedor de los problemas de la clase trabajadora. Militaba también en esta célula el aviador Antonio Arguedas Mendieta, quien se hizo célebre al entregar a Cuba el Diario de Campaña y las manos del Che Guevara cuando era Ministro de Gobierno.

En 1958, los hermanos Peredo retornaron del Beni a La Paz y se incorporaron al trabajo partidario. "Inti" Peredo fue llamado al Comité Regional y demostró tener cualidades de organizador y propagador de la causa. Se dedicó a crear células obreras en las principales fábricas y también en las diferentes zonas urbanas y en el campo.

El triunfo de Fidel Castro fue saludado con gran devoción por los comunistas bolivianos. Por entonces militaba yo en la célula de Miraflores y allí en nuestras reuniones solíamos fijarnos la tarea de defender la causa cubana. En la casa de Jorge Vázquez Viaña, el "Loro", estudiábamos, entre otros, el libro Guerra de Guerrillas de Che Guevara.

Mario Monje Molina, primer secretario de PCB, había realizado varios viajes a Cuba; allí había escuchado a los líderes de la revolución y había conversado con ellos. A su retorno al país, en más de una oportunidad afirmó que sólo con la lucha armada sacaríamos a nuestro país de la miseria y la dependencia.

En ese periodo hubo un movimiento de guerrillas en el Perú, entonces mi casa se convirtió en lugar de reunión de los camaradas peruanos que irían a incorporarse a la lucha. Ese movimiento no duró mucho tiempo ya que fue exterminado por el ejército peruano. "Inti" y "Coco" Peredo y miembros del Comité Regional del PCB de La Paz y otros de las regionales del Beni prestaron asistencia a los jóvenes peruanos.

En el año 1967 ya vivía yo en la calle Santa Cruz, militaba en una célula del barrio de Chijini, y estaba a mi cargo la edición y administración del semanario "Unidad". Comenzaron a llegar los camaradas que se habían entrenado en Cuba noté un movimiento especial de ellos, tanto "Coco", "Inti", el "Loro" y otros realizaban viajes al oriente del país; mi habitación fue utilizada por ellos para reuniones y me dieron algunas tareas que cumplir.

En marzo de 1967 estalló el movimiento guerrillero del que conocemos sus resultados. Yo fui detenido, acusado de realizar propaganda guerrillera, una imprenta del PCB fue decomisada por el Ministerio de Gobierno y yo estuve en la cárcel por muchos meses. Después de salir del panóptico busqué trabajo en la administración pública con el objetivo de apartarme de la lucha política. "Inti", pensaba yo, seguramente que volvería para luchar por los que más necesitaban. En el año 1969 se comienza a hablar otra vez de la guerrilla; por distintos lugares del país se producen hechos que van confirmando su presencia.

—CSG: ¿De qué manera "Inti" toma contacto contigo?

—FM: Eran los primeros días de agosto de 1969, me piden alojar a dos personas que estaban siendo perseguidas y acepté pues que fueran a mi casa.

En la noche se presentaron un chileno y un centroamericano, Ricardo y Chema, me manifestaron que habían ingresado a Bolivia para luchar por la liberación nacional y la expulsión del imperialismo yanqui. El revolucionario no se encierra en sus fronteras, decían.

Pasaron algunos días y otra vez en la oficina donde trabajaba me buscan para comunicarme que alguien importante deseaba conversar conmigo, acepté la entrevista y esperé en mi domicilio. Eran las ocho de la noche cuando se presentó "Inti" acompañado de algunas personas. Para mí fue una gran alegría volver a verlo, lo abracé y escuché de él expresiones de amistad y su deseo ferviente de seguir luchando hasta lograr la liberación total de Bolivia. Me preguntó si ya era miembro del ELN, le respondí que no, pero que estaba dispuesto a ayudar en lo que me fuera posible. A partir de ese día se quedó en mi habitación, yo conseguí otra para mí en la misma casa.

De acuerdo con posteriores conversaciones con los vecinos, supe que mi pieza a partir de entonces comenzó a ser visitada por numerosas personas, a decir de ellos, la mayoría jóvenes universitarios. Yo continuaba trabajando en la Renta, claro que con mayores obligaciones, ya que debía llevar alimentación a mis alojados y cumplir con otros encargos que me daban.

Allí "Inti" concluyó la redacción de su manifiesto y grabó varias cintas para ser entregadas a las distintas emisoras.

—CSG: ¿Es verdad que tú mismo distribuiste ese manifiesto a los medios de difusión?

—FM: Sí, se me encargó repartir tanto a las radios como a los periódicos el mensaje guerrillero. No se tomaban medidas de seguridad, no sólo por esto de la distribución, sino que las visitas al "Inti" habían aumentado, entraban y salían sin ningún cuidado.

La publicación del mensaje produjo un movimiento grande en las esferas gubernamentales, el ministro de Gobierno, Eufronio Padilla, dijo que había movilizado a todos sus agentes para dar con "Inti" Peredo.

A los dos días de la publicación del manifiesto, accidentalmente me encontré con un agente a quien conocí en mi anterior apresamiento. Entre lo que charlamos me dijo que me cuidara, que me estaban siguiendo. Esta conversación la comuniqué de inmediato a "Inti" y a los guerrilleros que se hallaban en mi cuarto, quienes se comprometieron a marcharse lo antes posible. Esa noche se fueron diciéndome que cuando me necesitaran me harían saber. Sin embargo, al día siguiente volvieron a presentarse, dijeron que por el momento no habían encontrado otro lugar seguro.

—CSG: ¿Recuerdas el contenido de las conversaciones que entre ellos tenían?

—FM: El domingo 7 de septiembre "Inti" y varios guerrilleros, muchos de ellos extranjeros, discutieron sobre sus problemas y sus futuras actividades, yo por lo general cuando ellos discutían me retiraba. Ese día bebieron, querían aclarar bien la posición en la que se encontraban, "Inti" les dijo que él se veía permanentemente rodeado de extranjeros, los que le imponían sus criterios, pero les advirtió que en adelante él dirigiría al ELN. Dijo algo así como que para los cubanos era una espina que no les permitía meterse como ellos querían. Dijo estar cabreado de todos, del tutelaje, de que lo controlen permanentemente.

Al día siguiente, cuando retorné en la tarde, mi habitación estaba llena de jóvenes charlando de sus actividades guerrilleras. En los primeros días de septiembre había muerto el líder vietnamita Ho Chi Minh y querían rendirle homenaje izando banderas vietnamitas.

"Inti" tenía siempre sobre el velador su pistola calibre 45, varios cargadores y una granada de mano.

–CSG: ¿Cómo ocurrieron las cosas aquel día?

–FM: Al amanecer del 9 de septiembre, a eso de las 5.30, escuché unos movimientos raros en la calle, voces y gritos para que se abriera la reja, ya que ella se aseguraba con una cadena, los policías estaban cortándola con una sierra. Inmediatamente corrí a advertirle a "Inti", no sabía qué hacer para que "Inti" escapara, sólo vi que él se puso tras el ropero y comenzó a disparar; yo salí de la pieza y casi inmediatamente fui detenido y conducido a uno de los vehículos del Ministerio de Gobierno. Desde allí pude observar la gran cantidad de soldados, policías y agentes civiles que disparaban. Inti también disparaba, impidiendo así la entrada de los agentes. Hubo una tremenda baleadura.

Creo que en esos momentos mataron al "Inti", ya que no hubo más disparos desde adentro. De acuerdo con posteriores averiguaciones, los agentes llevaron el cadáver de "Inti" y no se convencían de que él hubiera estado solo. Las dos piezas que yo ocupaba fueron revisadas palmo a palmo, y se llevaron todo cuanto yo poseía, debo señalar que allí no existían documentos importantes y mucho menos armamento.

Después reflexioné mucho sobre ese trágico fin. No he llegado a comprender hasta ahora por qué "Inti", pese a estar rodeado de numerosas personas, siempre se quedaba solo en las noches, y sin embargo sus compañeros caminaban de dos en dos y bien armados. A partir de la publicación del mensaje del "Inti", el servicio de inteligencia redobló su trabajo para dar con su paradero. Les advertí esto cuando les dije que yo estaba siendo controlado, se comprometieron a irse pero no lo hicieron.

—CSG: ¿Sabes que casi todos suponían y suponen que tú delataste a Inti?

—FM: Circularon esas versiones, se me presentó como al delator, sostenían que yo lo había entregado, razón por la cual no me habían matado los agentes. Pasado algún tiempo fui enviado a la cárcel de San Pedro y desde allí intenté aclarar mi situación. Les dije a los del ELN que si me creían el delator me podían juzgar. El único delito que cometí fue haber alojado a Inti en mi pieza, donde realmente no existía ninguna seguridad.

Luego de haber analizado los hechos, quiero señalar que en la muerte de Inti verdaderamente hubo delación; dos días antes del 9 de septiembre, mi habitación comenzó a ser vigilada durante las 24 horas, de acuerdo con las versiones de los inquilinos. La delación pudo ser de alguno de ellos que, al ver numerosas personas que entraban y salían de mi cuarto, creyó que allí se estaba tramando algo.

Además, "Inti" era conocido en ese casi conventillo ya que antes de la guerrilla había estado en numerosas ocasiones. Estaba un poco cambiado, pero cuando entraba y salía pudo haber sido reconocido y denunciado por alguien. A tantos años, el ELN debía haber establecido ya la verdad. Durante el gobierno de la UDP, muchos del ELN tuvieron la posibilidad de ver los informes del servicio de Inteligencia ya que trabajaron en el Ministerio del Interior.

De aquí en adelante las respuestas de Fernando Martínez fueron más sueltas puesto que había agotado el manuscrito que trajo en su cuaderno de hojas cuadriculadas. Intervino también Antonio Peredo (AP) en el interrogatorio.

—AP: Sería importante que precises desde cuándo estuvo "Inti" contigo, pero, además: Geraldina de Coronado me dijo que hasta dos días antes de su muerte, "Inti" había estado refugiado en su casa en Miraflores...

—FM: Eso es falso, él estuvo en mi casa como unos 11 días; salía, se quedaba una o dos noches afuera y volvía. Desde el día que se publicó el mensaje, que es el día 4, vivió en mi pieza, sólo una noche salió.

Al comienzo yo lo metí a la pieza de adentro, pero él no quiso estar allí porque había más gente, fundamentalmente niños.

—AP: Dices que cuando ellos se reunían tú los dejabas solos, sin participar en las discusiones, ¿cómo fue entonces que estuviste en una reunión al parecer muy importante ese domingo último?

—FM: Ese día yo me quedé más de una hora porque ellos me lo pidieron, incluso escuchamos discos con música cubana, participé de los tragos, estuve alrededor de una hora y media y me salí. Era una reunión informal, donde, claro, de lo único que charlaban era de problemas políticos.

—AP: El relato que yo he escuchado es que tú saliste a recoger agua muy temprano porque había una pila en el patio central y que estando en ese lugar te apresaron.

—FM: Yo salí realmente a buscar agua a esa hora porque ya escuché los gritos y las voces de afuera, entonces yo fui con el balde, recibí agua, ése fue el pretexto para ir a la pieza de "Inti", porque desde donde yo estaba había una diferencia de unos 30 pasos más o menos de pieza a pieza, así que yo fui y le dije: ¡es la Policía!

—AP: Precisando. Tú escuchaste unos ruidos, te despertaste, pudiste percibir que estaban aserrando la cadena de la puerta...

—FM: También gritaban ¡abran la puerta!, ¡abran la puerta!

—AP: Entonces, en ese momento, tomaste el balde, saliste al patio, recogiste agua. En el tiempo en que se llenó el balde, qué cosas recuerdas de lo que ocurrió afuera.

—FM: Yo me encontraba realmente nervioso, pensaba en la forma como podría sacar a Inti de la habitación, pero era difícil porque era una ventana chiquita y afuera estaba asegurada con reja de hierro.

—AP: ¿No había ninguna posibilidad de sacarlo por atrás...?

—FM: Era una pieza larga y angosta y su única puerta quedaba a pocos pasos del zaguán de la puerta principal.

—AP: Tú lograste llenar el balde sin que la Policía hubiera podido entrar todavía...

—FM: No recuerdo si llené o no, pero hice el acto de abrir, de ir con el balde corriendo...

—AP: Cuando entraste a la habitación, ¿"Inti" ya estaba despierto?

—FM: Ya estaba de pie, porque también él se había dado cuenta de la situación... Él dormía siempre vestido, el ropero lo tenía en forma horizontal casi sobre la cama, y blandía su pistola para defenderse.

—CSG: ¿Recuerdas cómo te dirigiste a él? La otra versión es que tú al darle la señal le dijiste a gritos ¡Inti, no salgas!

—FM: No, yo le llamé siempre con el nombre que esos días usaba, que era "Pepe". Yo dije que era "Inti" sólo cuando estuve seguro de que había muerto, al mediodía, cuando empezaron a interrogarme.

—CSG: ¿Qué evidencia tenías tú de que él había muerto en ese lugar y no después?

—FM: Lo que yo puedo decir es que ya no se escuchaban los disparos de adentro...

—AP: Cuando cesaron los disparos tú ya estabas en un vehículo del Ministerio; deduces, por lo tanto, que "Inti" fue sacado muerto...

—FM: Yo deduzco, no he visto ...

—AP: Dices que tus habitaciones fueron revisadas palmo a palmo, ¿cómo te enteraste de eso, estuviste acaso presente?

—FM: Posteriormente lo supe, porque cuando yo ya salí del interrogatorio, varios días después, mis familiares me dijeron que las piezas habían sido vaciadas y yo ya no tenía absolutamente nada.

—AP: Se dice que meses después se te habría visto en la calle con uniforme militar, ¿qué puedes decir?

—FM: Esa es una versión maliciosa, como muchas que se han hecho de esa clase. Yo nunca me he puesto uniforme del Ejército, ni he trabajado como dicen con el Ministerio. Yo hice hablar a la gente del ELN para que realmente investiguen, porque yo me encontraba muy abatido y últimamente también he tratado de ubicarlos y decirles que de una vez por todas establezcan la verdad, y lo que me dijeron es que nunca han podido hacerlo; de que hubo delación, sí hubo, pero no saben quién fue el traidor. Incluso se dijo algo más, que a mí me habían dado una cantidad enorme de dólares, con esa cantidad yo hubiera estado viviendo requetebien y no como he estado siempre, pobre y dependiendo de un trabajo.

—CSG: ¿Qué es lo que más querían saber durante los interro¬gatorios?

—FM: Los coroneles Roberto Quintanilla y Rafael Loayza querían saber fundamentalmente sobre los domicilios de los guerrilleros, sus nombres y nacionalidades, del armamento que poseían y sus posibles contactos. Yo repetía que había alojado a "Inti" Peredo más por amistad que por razones políticas, que desconocía los nombres verdaderos y los lugares donde residían, y realmente yo no sabía dónde vivían.

—CSG: Se dijo, sin embargo, que a poco de la muerte de Inti y de tu detención habían allanado la casa de Doña Geraldina...

—FM: El asunto es así: cuando a mí me preguntaron quién era la persona que me había puesto en contacto con los guerrilleros y con "Inti", yo tuve que decir que era el marido de doña Geraldina; entonces fueron a la casa porque era bastante conocida.

La persona que a mi me fue a buscar a la oficina donde trabajaba era siempre doña Geraldina; ella fue la intermediaria entre el ELN y yo.

Fui conducido a su casa, y tú sabes que hacen una serie de presiones y utilizan muchos métodos, entonces yo tuve que declarar que vi a "Chema" y a "Ricardo" y a otros más.

—CSG: ¿Cómo es posible que los revolucionarios hayan actuado así? Lo que tú relatas es una situación casi anárquica, sin ninguna medida de seguridad, sin cumplir ninguna regla del trabajo clandestino...

—FM: A mí me llamó mucho la atención. Cuando yo les dije que me estaban siguiendo, sacan a "Inti" una noche y al día siguiente lo vuelven a traer; se confiaban mucho. Otra cosa rara es por qué Inti no aceptaba que se quedara otra persona más, no era por la estrechez del cuarto, sino que él quería estar solo en las noches.

—CSG: ¿Quiénes escucharon tu versión de que te venían siguiendo, sólo Inti?

—FM: Ese día estaban varios, estaban los demócrata cristianos, Juan José Saavedra, el rubiecito que murió en Teoponte, había esa mañana unas seis o siete personas que estaban en la habitación, entre ellos con toda seguridad Oswaldo "Chato" Peredo estaba ahí, él escuchó lo que yo dije, está vivo y debe acordarse....

—CSG: ¿Cuánto tiempo estuviste preso?

—FM: Hasta 1970, hasta la caída de Ovando y el ascenso del general Torres; ese día fueron los grupos organizados de la COB que sacaron a los presos políticos del panóptico, entonces me sacaron.

—CSG: En prisión había miembros del ELN, ¿cómo te llevabas con ellos?

—FM: Al principio charlaba con muchos de ellos, pero después el ELN les dio orden de que no me hablaran, hubo un aislamiento total. Los del PC que estaban presos entonces tampoco me hablaban, yo quedé aislado y solitario más de un año.

¿Dijo la verdad Fernando Martínez en esta entrevista? ¿Realmente no fue un delator sino una víctima de crueles circunstancias? ¿Dónde está él ahora para sostener su verdad?

El ELN fue extremadamente duro en sus venganzas. Sólo por citar algunos casos: Roberto "Toto" Quintanilla, el ejecutor del operativo de la captura y muerte de "Inti", fue asesinado en Ham¬burgo. El médico Herbert Miranda, acusado de ayudar en las torturas, fue muerto en una calle de Miraflores. Honorato Rojas, el campesino que llevó a la columna de Joaquín a la emboscada de Vado del Yeso, recibió dos tiros en su choza de Santa Cruz. José Gamarra, miembro del ELN que se habría pasado al campo enemigo, fue muerto y desaparecido en Cochabamba.

¿Por qué el ELN no "ajustició" del mismo modo al indefenso Fernando Martínez?

Quizá porque los continuadores de "Inti" no estaban seguros de nada o algunos de ellos tenían culpas en la conciencia.

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