Publicado en Quaderni della Fondazione Ernesto Che Guevara Nr. 5 (2002-2003)
"El relato de Rodolfo Saldaña inédito hasta ahora, hace una contribución única. Proviene de un revolucionario boliviano que se unió a Che Guevara en la campaña de 1966-1968, y que por toda una vida de trabajo político se mantuvo fiel a esa misma trayectoria"... "Saldaña había de unirse a la guerrilla como combatiente, pero las tareas que tuvo que asumir, las que le dio el Che, y el curso que tomó la propia lucha guerrillera, lo mantuvieron dentro de la dirección de la red clandestina del ELN (Ejército de Liberación Nacional) en las ciudades y en las regiones de las minas de estaño".
Estas son palabras salientes de la introducción que Mary-Alice Waters escribe al presentar el libro "Terreno Fértil: Che Guevara y Bolivia. Relato testimonial de Rodolfo Saldaña" (Editora Política. La Habana, 2001. 82 p.). Simultáneamente el libro se publicó en inglés en Estados Unidos por Editorial Pathfinder.
Se trata de una entrevista que la misma Waters y Michael Taber, redactores de esa casa editora estadounidense, sostuvieron con Saldaña en La Habana, durante las conmemoraciones del 30 aniversario de la caída del Che en 1997. La publicación de este trabajo se habría demorado por el delicado estado de salud de Saldaña, pero éste alcanzó a terminar la revisión editorial poco antes de su muerte, en junio de 2000.
La entrevista de Waters y Taber viene precedida de un prólogo de Harry Villegas Tamayo (Pombo), una ficha biográfica de Saldaña y una cronología de las luchas revolucionarias en Bolivia y el mundo entre los años 1951 a 1971.
Obviamente, la parte más importante de esta publicación es la escueta entrevista con Saldaña, quien por lo general antes se había rehusado a efectuar declaraciones públicas sobre su participación, en los preparativos guerrilleros y luego en el núcleo urbano que intentó desesperadamente hacer contactos tanto con Cuba como de la guerrilla del Che. Saldaña insiste en su versión de que la zona de Ñancahuazú, donde se ubica la granja donde se instaló la guerrilla, no era propicia para los combates guerrilleros y que se la habría considerado una base remota de apoyo, muy alejada de la verdadera zona de operaciones que tendría que haber sido más al norte y oeste del país, en zonas de campesinos colonizadores. Añade que acontecimientos fortuitos, como la separación de la guerrilla en dos columnas que luego no se pudieron encontrar, determinaron que el accionar de la guerrilla hubiera permanecido en esa zona adversa, donde finalmente fue aniquilada.
Saldaña relata también los intentos realizados por el núcleo urbano por restablecer contacto con el Che y su convicción de que jamás la dirección de la revolución cubana abandonó a la guerrilla.
Por último, hay en la entrevista algunas pinceladas biográficas que muestran la vida revolucionaria de Saldaña, su militancia en el Partido Comunista desde su juventud, su trabajo en la mina de Siglo XX, su participación en el apoyo desde Bolivia a los focos guerrilleros en Perú y Argentina, su larga estancia en Cuba donde trabajó y estudió sociología, su retorno a Bolivia en la década de los años 80 donde se desempeñó como catedrático universitario y finalmente su nuevo traslado a Cuba, donde permaneció hasta su muerte, trabajando en una emisora de radio y en la agencia noticiosa Inter Press Service.
Este libro póstumo de Saldaña, ni duda cabe, es un importante aporte testimonial por la vinculación estrecha que él tuvo con la guerrilla. Pero además contribuye a dar algún relieve a una persona que hasta ahora estaba casi podría decirse en el anonimato.