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Vzquez Viaa Jorge Bigotes Loro o JorgeUno de los primeros bolivianos en ponerse a disposición del Che.

La intención del Che el 22 de abril de 1967 era cargar la camioneta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), que acababan de ocupar Eliseo Reyes, Rolando, Manuel Hernández, Miguel, y Orlando Pantoja, Olo, y avanzar con la Vanguardia hasta el cruce del camino a Ticucha, situado a cuatro kilómetros del lugar donde se encontraban.

A pesar de las evidencias de que el ejército había detectado la presencia del grupo guerrillero, se dispusieron a partir cuando se inició un corto combate. Aquel día escribe el Che en su diario (...) “Todos estábamos descuidados y no tenía idea de lo que pasaba, afortunadamente, nuestras pertenencias y mercancías estaban sobre la camioneta. Al rato se organizaron las cosas: faltaba solamente el Loro, pero todo indicaba que hasta ahora no le había pasado nada, pues el choque fue con Ricardo (...)” [1]

Así recoge el Che la desaparición de Jorge Vázquez Viaña, uno de los primeros comunistas bolivianos en ponerse a disposición de la guerrilla y del Che. Por su parte, el hoy general Harry Villegas anota sobre el hecho “(...) se ordena a la vanguardia que se atrinchere en espera de la llegada del Loro, quien se perdió”. [2]

El apoyo de Vázquez Viaña resultó decisivo en la etapa de organización y asentamiento de la guerrilla. Por aquellos días podía vérsele junto a Ricardo, José María Martínez Tamayo, Pombo y Tuma, trasladando medicamentos, víveres o a los propios combatientes que llegaron a Bolivia hasta el 24 de enero, fecha cuando se incorpora Jorge al grupo armado y es asignado a la Vanguardia.

Múltiples son las anotaciones en el diario del comandante Guevara donde le indica cumplir difíciles misiones, como la del 20 de diciembre: (...) se resuelve que Ricardo, Iván y Coco salgan en avión desde Camiri y el jeep se quede aquí. Cuando vuelvan, hablarán por teléfono a Lagunillas, informarán que están allí; Jorge irá por la noche para requerir noticias y los buscará si hay algo positivo (...) [3]

Vázquez Viaña no sólo resultó un vínculo eficaz entre la guerrilla y los contactos en los poblados durante la etapa preparatoria del foco guerrillero, sino el combatiente eficiente a la hora de realizar una exploración o visitar a los campesinos para recabar alimentos.  

Los pobladores de Lagunillas le recuerdan como un hombre cariñoso, atento, gentil y muy cumplidor. Durante sus recorridos por aquellos parajes, Adys Cupull y Froilán González recibieron muchas muestras de admiración y respeto de quienes recordaron al revolucionario. Miembro de la red urbana de apoyo, el Loro integró la vanguardia de la columna revolucionaria por decisión del Comandante Guevara. 

Nacido en la ciudad de La Paz, el 5 de enero de 1939, en el seno de una familia muy prestigiosa, Jorge era hijo de Humberto Vázquez Machicado, uno de los más importantes historiadores de Bolivia, fundador de YPFB y promotor de la nacionalización de los yacimientos de hidrocarburos de la Stándar Oil Company, y de doña Elvira Viaña, pianista y dama de la alta sociedad. Sus convicciones revolucionarias le hicieron ponerse a disposición de quienes emprendían la lucha por un futuro mejor para su pueblo.

Como la madre, era aficionado a la música, sobre todo le agradaban los ritmos cubanos. Cuenta doña Elvira que disfrutaba mucho viendo al hijo bailar y muchas veces trataba de que ella fuera su compañera; también era un buen pintor. Urbano, el hoy coronel Leonardo Tamayo, al recordarlo afirma: como combatiente y revolucionario el Loro fue muy bueno. El día 25 de abril cometió un error que después le costaría la vida.

“Estábamos en una emboscada y Orlando Pantoja le ordena ocupar una posición, que todo indica no llegó a hacer. Estoy completamente seguro que se perdió y no nos abandonó. Ninguno tuvo duda alguna de su fidelidad.

“A la semana, aproximadamente, oímos por la radio de su captura estando herido. Tiempo después un campesino de la zona nos dijo que había visto a un helicóptero militar cuando dejaba caer un cuerpo inerte, y había quedado en un árbol; era el Loro a quien según informaciones dadas por el ejército, le habían aplicado la ley de fuga. En realidad lo asesinaron”.

Según la investigación realizada en Bolivia por Adys Cupull y Froilán González, después que el Loro pierde contacto con sus compañeros, parece que salió a intentar establecer enlace con la ciudad.

Un campesino lo ayudó, le dio ropas y guardó sus pertenencias, pero fue visto por un proveedor de materias de la construcción que informó a las autoridades. El Loro se internó en la selva y burló la persecución de los militares, quienes valiéndose de un cazador de tigres lo rastrearon con perros y lo hirieron en una pierna cuando se encontraba oculto sobre un árbol. El 4 de mayo el Che conoce de su captura y anota: “(...) sus declaraciones son buenas hasta ahora” [4].

A los jefes del comando militar les preocupaba qué hacer con el revolucionario por la importante familia a que pertenecía. Del hospital de Monteagudo, donde es operado, lo llevan para otro hospital en Camiri, y cuando se recupera un poco es trasladado para el cuartel de Choreti. Las salvajes torturas no le doblegaron y tampoco admitió hacer declaraciones. Una fuente militar contó que al ver su actitud los servicios de inteligencia boliviano y norteamericano pusieron un colaborador como enfermero. La CIA organizó toda una operación durante la cual plantearon a Vázquez Viaña que sería llevado a juicio y presentado a la prensa, pero no permitirían ofensas al gobierno ni al honor de las Fuerzas Armadas.

A la hora de la entrevista se formó un disturbio a la entrada del hospital y detuvieron a unos periodistas. De inmediato el falso enfermero informó al guerrillero del incidente y después entró el supuesto periodista, quien al quedar a solas se hizo pasar por enviado del Gobierno cubano con la misión de obtener noticias sobre el Che, mencionó nombres conocidos del Loro. Tras los primeros momentos de desconfianza, este contó algunas cosas.

Después entraron dos altos jefes militares y le dijeron que el periodista era un agente de la CIA de origen cubano, le prometieron garantías, dinero y comodidades en la República Federal de Alemania, donde se encontraban su esposa e hijos, a cambio de que delatara a los miembros de la red urbana y ubicara las casas de seguridad. Como respuesta al revolucionario se abalanzó contra sus torturadores, quienes lo golpearon y ordenaron matarlo. No bastó un tiro en la nuca y los propios pilotos del general Barrientos lo montaron en un helicóptero y lo lanzaron al vacío.

El 29 de mayo el Che escribía nuevamente “La radio nos trae la noticia de la fuga del Loro que estaba en Camiri” 26 y en el resumen del propio mes expresa su confianza en el compañero, al señalar: “(...) ahora deberá incorporarse o dirigirse a La Paz a hacer contacto” [5]

La amarga realidad sería evidente en junio, cuando los rumores llegaron hasta el grupo guerrillero. El 27 de mayo había sido asesinado aún convaleciente de las heridas sufridas cuando fue apresado.

Doña Elvira Viaña sólo pudo ver a Jorge a escondidas y desde lejos, cuando se encontraba herido en el hospital. Nunca le entregaron sus restos, pero le quedó el orgullo de tener un hijo con grandes ideales, que supo defenderlos hasta la muerte. 


 [1] Diario del Che en Bolivia, Ilustrado, anotación del .
 [2] Harry Villegas: Pombo. Un hombre de la guerrilla del Che, p.98.
 [3] Ernesto Guevara: El diario del Che en Bolivia, Ilustrado, p. 39.
 [4] Ibidem. P. 198
 [5] Ibidem, p. 226