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Guevara Rodrguez Moiss Guevara o MoissDirigente minero que se puso a disposición del Che

Hablar con Pastora Rodríguez es transportarse a la vida de dolor y miseria del pueblo boliviano, particularmente de quienes . Su rostro surcado por las huellas dejadas por 83 años de trabajo, luchas y sufrimientos, aún poseía una extraordinaria vitalidad. Con el pelo recogido con una especie de boina verde olivo y un amplio delantal, que cubre su cuerpo pequeño y robusto mientras cocina, la encontramos en el pequeño apartamento que habitaba en el barrio habanero de San Agustín.

La represión sufrida en Bolivia, por ser la madre de un dirigente comunista integrante de la guerrilla comandada por el Che, le hace recelosa. Con la ayuda de dos de sus nietos vencemos la desconfianza y nos adentramos en la historia de esta mujer que desde los siete años quedó huérfana y emprendió el camino de la mina de Huanuni, en la provincia Pantaleón Dalence, centro productor de estaño del departamento de Oruro.

Allí, como palliri, golpeando piedras extraídas de las entrañas de la tierra para sacarle el mineral, se convirtió en una bella joven de carácter firme y unió su vida a Moisés Guevara, migrante como ella desde los valles de Cochabamba, llegados al campamento de Cataricagua, en la parte alta de Huanuni, con el afán de ganar el sustento.

Seis hijos tendrá la joven pareja, y el quinto de ellos, nacido el 25 de diciembre de 1939, llevará el mismo nombre del padre, como él será minero y se convertirá con el transcurso de los años en un destacado luchador por los derechos de los obreros que laboran largas jornadas con salarios miserables, en un medio hasta donde el clima y la naturaleza resultan hostiles.

Tanto Pastora como Moisés padre, sobreviviente de la Guerra del Chaco, comprendían la importancia de que los hijos estudien, por eso llevaron a sus muchachos a la escuela “Daniel Sánchez Bustamante”, en cuyas aulas el pequeño Moisés conocerá a quien será su compañero inseparable, Simeón Cuba. Este se unió también al grupo guerrillero y morirá asesinado el 9 de octubre, junto al Guerrillero Heroico.

Corren lágrimas por el rostro de Pastora cuando recuerda la muerte del esposo como consecuencia de la silicosis o mal de mina como le dice ella, que también se llevaría a otro de sus hijos.

Entonces Moisés quedó al cuidado de los hermanos mientras la madre trabajaba, después se vio precisado a dejar la escuela en el sexto curso, para ir a la mina como ayudante de maestranza en las labores de mecánica y tornería.

La nacionalización de las riquezas minerales decretada en Bolivia el 31 de octubre de 1952, hizo nacer esperanzas entre los obreros y sus dirigentes, pero las presiones del imperialismo y la traición de los gobernantes destruirían las ilusiones apenas nacidas.

Moisés va adentrándose en la lucha y pasa el servicio militar, también junto a Simeón Cuba, para después continuar trabajando en Huanuni. Al reincorporarse se une a los elementos más radicales, entre quienes figuran Víctor González, de militancia comunista. Viaja a Chile, estudia técnica en seguridad industrial, pero no la ejerce; continua como obrero y se casa con Eugenia Villamonte, con quien tendrá cuatro hijos, tres varones y una niña, todos compartirán junto a la abuela Pastora maltratos y persecuciones por la posición política de Moisés.

En 1962 es ya un conocido dirigente sindical comunista que rechaza sobornos, sufre amenazas y presiones, pero no deja de combatir por lograr mejoras para los trabajadores. Ante la fractura del PCB en 1965 se une a la fracción pro China denominada marxista-leninista, que se presentaba más radical, pero muy pronto entra en desacuerdos con la línea política desarrollada por los dirigentes y rompe con ellos formando la agrupación Movimiento Obrero Revolucionario.

Desde julio de 1966 los compañeros cubanos encargados de organizar el foco guerrillero en Bolivia, hacen contacto con él para saber de su disposición para la lucha. El día 30 de ese mes, Pombo expone en su diario: “Hablamos con el compañero Guevara. Este compañero tiene una organización que es una fracción del grupo pro-chino. Dice que es partidario de la lucha armada. Le proponemos que se una al comando guerrillero que estamos organizando con la idea de formar un frente unido en la lucha contra el imperialismo en Bolivia (...)”[1].

El 26 de enero de 1966, luego de la entrevista que sostuvo con él en Ñacahuasú, el Che anota: “Le planteé a Guevara mis condiciones: disolución del grupo, no hay grados para nadie, no hay organización política todavía y hay que evitar las polémicas en torno a las discrepancias internacionales o nacionales. Aceptó todo con gran sencillez, y tras un comienzo frío, se hicieron cordiales lar relaciones con los bolivianos”. [2].

En el análisis del mes de enero señala: “Guevara, hasta ahora ha respondido bien. Veremos cómo se portan él y su gente en el futuro”.  [3].

Moisés se incorporó definitivamente al grupo guerrillero en el mes de marzo de 1967, acompañado por algunos de sus compañeros, la mayoría mineros sin experiencia militar. Por su experiencia en oradas las rocas como minero, Che lo responsabiliza con la construcción de la cueva donde guardarán documentos, armas y las reservas de alimentos. Después es asignado como combatiente al Centro, grupo bajo las órdenes directas del Guerrillero Heroico.

El 17 de abril, cuando la columna se separa de la Retaguardia, Moisés debe quedarse con ese grupo por estar sufriendo un fuerte cólico en las vías biliares.

A partir de ese momento el hombre honesto, con gran espíritu combativo y dedicado por entero a la causa de los mineros, que es decir de los pobres de su tierra, será quien entre en contacto con los campesinos tanto para obtener alimentos, como para explicar los objetivos de la lucha emprendida.

José Castillo Chávez, Paco, quien se uniera a la guerrilla a través de Moisés, cuenta que en los primeros días de agosto, cuando tomaron el pueblito de Chuhuayaco, cerca de Monteagudo, Moisés habló a los campesinos y estos lo escucharon con atención.

Durante el combate del 9 de agosto, donde muere Pedro, Moisés demostró gran valentía. Señala Paco que al escuchar a los soldados gritarles que se rindieran, el experimentado dirigente minero les contestó: “Desobedezcan a sus superiores, que vengan ellos en lugar de ustedes. Soldaditos, nosotros no somos como a ustedes les han dicho. Nos hemos levantado contra las injusticias que sus superiores cometen contra ustedes. Somos revolucionarios. Eso lo repitió en quechua, porque los soldaditos siempre habla esa lengua”.

En quechua también hablaba Pastora cuando se hace muy intenso el dolor al recordar los días vividos después de la muerte del hijo, el 31 de agosto de 1967. En su lengua nativa, que los nietos van traduciendo, va desgranado sus recuerdos: “Nos decían que éramos rojos y nos perseguían a toditos los lugares. Asaltaban la casa, destruían todo, la ametrallaban. Decían que nos matarían a todos. Uno de mis hijos más pequeños se volvió loco producto de tanto abuso. Yo sufrí mucho, pero no me mataron porque escapaba con mis muchachos, siempre al ladito de ellos, los pobrecitos, y de su mamá, la esposa de Moisés, que enfermó de anemia y murió en 1970. Estoy muy sufrida y pronto moriré. Aquí en Cuba descansaré”, nos dijo Pastora al despedirse, y junto a los hijos del dirigente minero caído, patentizaba su agradecimiento al pueblo que les ha brindado solidaridad y cariño.  

En Cuba descansan los restos de Moisés, encontrados en Bolivia el 9 de junio de 1999.


 [1] Harry Villegas: Pombo. U hombre de la guerrilla del Che. P.
 [2] Ernesto Guevara: El diario del Che en Bolivia. Ilustrado. p. 73-74
 [3] Ibidem. P.85.